Escribe Kahneman: «La creatividad es memoria asociativa que trabaja excepcionalmente bien». Podemos pensar, por tanto, que el célebre talento improvisador de Keith Jarrett es una memoria musical situada al filo de los dedos, de donde brota con una insólita facilidad sin recorrer todo el penoso camino desde el fondo del recuerdo y, por si fuera poco, transfigurada en unas variaciones con la modulación vibrante y seductora de un músico extraordinario. La noche del 24 de enero de 1975 en Colonia, Jarrett dio un concierto que luego se hizo celebérrimo en disco. Desde que lo escuché por primera vez con 18 años no ha dejado de seducirme su inspiradísima y variada sucesión de ritmos, siendo la Parte I a la que vuelvo una y otra vez hasta el punto estar ya confundida con los saltos de mi pensamiento, si por suerte yo pudiese pensar de una forma tan ágil y armoniosa.
Es sorprendentemente complicado encontrar una copia en línea de The Köln Concert, ya sea de manera legal o de la otra. En este enlace se puede escuchar la Parte I, que es la que me interesa, del minuto 6 al 31:15. El podcast pesa poco y se puede descargar sin mayor dificultad si da problemas para escucharlo en la misma página.
Tarareo escrito por @Alvaroquinn.
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