Hay un tipo de beso que me gusta mucho.
Es un beso doblemente discreto: por quien lo da y por la forma de darlo.
Es un beso silencioso, apenas lo percibimos él y yo.
Es también un beso lleno de fuerza y de agradecimiento.
Es un beso generoso y protector, un beso que recoge y llena de paz.
Es un beso inesperado, pero nunca está de más.
Es el beso en la frente que mi hijo mayor me regala de tanto en tanto.
Es mi beso favorito.
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