¿A qué no te lo esperabas eh? Pues sí que lo soy, soy de esas personas de las que se dice ¡qué gansa es! Te voy a contar cómo surgió la idea de escribir esta columna. #sincensura
Resulta que hace unas semanas salí con una amiga. Estuvimos cenando en un restaurante de la Plaza de Santa Ana y después fuimos a Malasaña (sí, mi barrio favorito para salir, ¿a qué también te sorprende?) a tomarnos una cerveza en el Freeway.
Al entrar fuimos a la planta de abajo. Nos llamó la atención que había un grupo de gente que se conocía entre ellos y que bueno, ocupaban casi todo el espacio. De repente, vino un muchacho con barbas a hablar con nosotras: «¿sois del cumpleaños?» ¡Anda, que hay un cumpleaños! No nos habíamos colado técnicamente, porque no había ningún cartel que avisara de ello, pero es verdad que nosotras estábamos allí como si en cualquier momento nos tocara pasar la pelota esa con la que jugaban.
Al rato decidimos que ya nos íbamos a casa y, al salir, uno de los chicos del cumpleaños nos pidió fuego. Pongamos que se llama Dr. Es-cara-abajo. Un chico de estos también ganso, muy divertido, nos lo pasamos muy bien hablando con él, incluso le hicimos una recomendación que, espero, lleve a cabo de una vez.
El caso es que el Dr. Es-Cara-Abajo se hizo seguidor de #laColumnafucsia al día siguiente, y al entrar yo en su perfil de Twitter, no sé cómo, bueno sí, psicopateando como tú también haces (no me vengas ahora con que no utilizas las redes sociales para conocer más de las personas) llegué al perfil de Kikillo.
¿Quién es Kikillo? Yo no le conocía antes de ese domingo. Pues es un chico bastante guapete que tiene un canal en Youtube donde sube vídeos hablando de temas muy de la vida misma, sobre todo de la vida de un almeriense estudiando en Madrid. Y lo hace de una manera un tanto absurda, con unas escenificaciones muy llevadas al extremo, pero que por eso mismo hacen reír a carcajadas.
El caso, me puse en plan veinteañera y empecé a ver todos sus vídeos y compartirlos con mis amigos. La verdad, visto desde fuera, a mis 38 años, parece incomprensible pero, ya te lo he dicho, soy una payasa.
El día siguiente en la oficina, lógicamente, di una conferencia sobre todo esto y de repente pensé, jolín, me gustaría escribirlo en #laColumnafucsia pero claro, es que el blog por ahora está mostrando otro perfil mío, el de que soy reflexiva, seria… Se lo conté a Ártico, que es bastante cerebral y sensato, y me dijo que es verdad que soy muy gansa, que por qué iba a no compartirlo.
Así que nada, aquí me tenéis. Me gusta el humor de Faemino y Cansado. Me gustan los “bra-momentos” con mi amiga Pilar. Me gusta reírme sin parar con Andrea por cualquier frase aparentemente nada graciosa pero que a nosotras, sólo con mirarnos, nos genera minutos de risas de esas que te hacen llorar. Me gusta recordar aquella retransmisión de un partido de tenis hace años en la que el comentarista, queriendo llamar la atención sobre lo importante que es mantener la concentración durante el juego, dijo «es que como te entren movidas en las cabezas…» y mi hermano y no no pudimos dejar de reírnos.
Lo mismo de intensa que soy para las cosas serias lo soy para las menos serias. Y de hecho últimamente me estoy haciendo muy fan del sentido del humor incluso para llevar las serias. Me gusta desconcertar incluso en las risas. Otra amiga me dijo que no todo el mundo es capaz de activar su modo payaso, que eso sólo pasa cuando la niña que tienes dentro no ha desaparecido. Y que a muchas personas, al hacerse mayor, se les olvida que fueron niños.
Menos mal que a mí no me ha pasado.
Me encanta la faceta payasa. ¡Bien por tí! Las risas, de lo mejor de esta vida.¡A tope con la intensidad para todo! Y si además eres capaz de equilibrar la balanza con la mesura…Qué bárbaro 🙂
Muuuuuy payasaaaaaa.
Muuuuuy reflexivaaa.
Muuuuuuuuyyyyy intensaaaaaa para todo 😉