Algo tendrán las mujeres y el juego cuando, a despecho de tanto sufrimiento como causan (Cuántos desengaños/por una cabeza), uno no puede alejarse de su fiebre y su vértigo. Es difícil el aprendizaje de la decepción, si no imposible: hay que luchar contra lo más íntimo de uno mismo para dejar de entregarse a las propias pasiones, por mucho dolor y frustación que levanten, pues el sufrimiento se ve compensando con creces por los instantes de arrebato (tu boca que besa/borra la tristeza/calma la amargura). ¿O tal vez no? La letra de Por una cabeza sugiere, más bien, que hay una sed irresistible que no la sacia el beber y que esa sed solo muere con uno mismo (yo me juego entero/¡Qué le voy a hacer!). Así, uno se pasa la vida dándole caza al deseo y, cuando al fin le da alcance, es solo para verlo escurrirse entre los dedos y dolerse de su ausencia. Y, súbito, para salir de nuevo detrás de él.
Tarareo escrito por @Alvaroquinn.
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